domingo, 7 de junio de 2009

Etapas de la adultez:

La adultez temprana se presenta como el periodo comprendido entre los 18 y 35 años, donde el sentimiento motivado por la incorporación al trabajo empieza a surgir, necesitando con ello, una formación adecuada para la primera entrada laboral que proporcione satisfacción con la labor desempeñada.
En esta etapa también es característico la idea de empezar a crear un nuevo núcleo familiar, con la consiguiente idea de convertirse en padres y madres, por lo que así pues, se precisa un aprendizaje que abarque los diferentes interrogantes que este nuevo acontecimiento lleva consigo, para afrontar correctamente este nuevo reto y las frustraciones que adjunta ante situaciones de carácter novedoso y su dudosa consecución. No se puede olvidar la necesidad de disfrutar del tiempo libre del cual la persona goza, poniendo las medidas adecuadas para su mayor uso.

La adultez media comienza alrededor de los 40 hasta los 65 años, etapa donde la posición laboral se encuentra ya afianzada, surgiendo el deseo de renovarse en el territorio profesional para no quedarse atrás, así como adquirir esos conocimientos que anteriormente no pudieron ser asentados. Todo ello tiene como objetivo seguir formándose como persona, sin que el proceso educativo se vea parado por alguna causa.
También tiene lugar el sentimiento de disfrutar de la cultura que rodea a la sociedad, así como el pleno disfrute del ocio y tiempo libre, una vez aseguradas las necesidades laborales, por lo que se debe tener en cuenta actividades educativas encaminadas a ocupar parte de ese tiempo y disfrute de las necesidades que plantean en el campo cultural.

La adultez tardía constituye la última etapa en la que se divide el concepto de adulto. En dicha etapa la persona se caracteriza por la salida del mercado laboral mediante la jubilación, otorgando mayor tiempo para sí mismo y para las actividades que en un tiempo atrás no pudo realizar. Actividades como la formación básica para adultos, volver a los estudios para especializarse en el aprendizaje ya obtenido, o adquirir conocimientos de esta nueva etapa y de los nuevos problemas que en ella se plantean, caracterizados sobretodo por el empeoramiento de la salud, son esenciales para la persona adulta y su mejora en la vida cotidiana.
El ocio y tiempo libre se establece también como punto característico a cubrir, pues como ya se ha mencionado, la persona en esta etapa goza de más tiempo libre para satisfacer sus necesidades al no verse sujeta al puesto de trabajo o demandas familiares.

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